Los movimientos en la mesa deben ser delicados: jamás deben llevarse las manos a la cabeza y menos peinarse, rascarse, manosearse la cara, limpiarse las uñas, retocarse el maquillaje, etc… todo lo cual debe hacerse en el cuarto de baño.
Si necesitas estornudar, toser o limpiar la nariz, buscaremos un pañuelo limpio inmediatamente, actuando con discreción, siempre disculpándonos. Si se trata de un ataque persistente de tos, lo mejor es salir de la habitación hasta recuperarnos, y así evitar el molestar a los demás.
Tomar un trago de agua, también puede ser comer un trozo de pan, puede suavizar la situación.
En ocasiones muy formales, se prohibe el levantarse de la mesa, pero si necesitamos de urgencia ir al servicio, debemos harcerlo de la forma más discreta posible, sin explicación alguna; no hay por qué permanecer sentado, sufriendo y angustiado.
Los demás invitados serán lo suficientemente educados como para no hacer comentarios si alguien se levanta de la mesa.
Cuando un invitado permanece demasiado tiempo fuera del comedor, los anfitriones deben ir personalmente a ver qué sucede.
La anfitriona no debe excusarse por cosas que no salieron como debieron ser.
Lo mejor es pasar por alto cualquier detalle y no darle magnitud.
Nunca pues es de malísima educación, se utilizan palillos de dientes en publico.
Tampoco fumar durante la comida, entre un plato y otro.