Los abuelos, esos que son doblemente padres.
Cuando estás en tus veintes es muy difícil ponerte a pensar en qué significa ser abuelo, lo más que llega es a ponerte -si no lo eres aun- en el lugar de madre o padre, piensas en como sería tu vida al tener un hijo, lo que significaría su crianza y cada uno de esos pequeños y enormes aspectos que comprender el ser padre. Pero ¿pensar en ponerse los zapatos de los abuelos? eso diría que nadie lo hace.
Y yo acá, aún a mis veintitantos, me pregunto ¿cómo es visto el papel de los abuelos hoy en día?
Según los modelos actuales, ¿cuál es nuestro futuro y el papel que jugaremos en nuestros rol como abuelos?
¿Hay cabida en el trajinado mundo actual para los abuelos?
O son aquellas personas -padres de nuestros padres- a quienes vemos cada tres años, de ser posible. A quienes «queremos» pero que no dedicamos una llamada, tal vez a final de la semana o aunque sea un Whatsapp. Porque sí, los abuelos de hoy en día tienen Whatsapp, muchos abrieron hasta un perfil de Facebook, (seguramente los ayudamos nosotros siendo aún adolescentes) y en tantos casos tendran posteada de perfil una foto de sus años mozos o de su madre.
A los veinteañeros actuales, esos milenians que leen esta escrito, pero también a los que están en sus 30 y 40 si tienen la suerte divina de tenerlos, a todos en general ¿nos acordamos de tener presente en nuestra «rutina existencial» a nuestros abuelos? En otras palabras, les escribimos aunque sea para decirles que nos «va bien» o que extrañamos determinado platillo que sin duda ellos preparan mejor que nadie.
Porque los abuelos de hoy en día no son la típica abuelita de cabellos grises y lentes que hornean galletas y tejen, pero en casi todos los casos, me atrevería a decir, que hay algún plato que nos lleva a rememorar nuestra niñez y en muchos casos, ese era preparado por algún abuelo.
Los abuelos que estuvieron presentes en nuestra crianza, como inicia señalando este escrito, fueron seres fundamentales en lo que somos actualmente como adultos.
¿Te has puesto a pensar en cómo los consejos o ejemplos de tu abuela o abuelo puede haber influido en tu carácter y en la forma de reaccionar a determinadas situaciones?
Y eso eso, nuestros abuelos no sólo hicieron de nuestros padres quienes son, también de alguna forma de nosotros, los nietos.
En lo particular me encantaría poder mandarle un mensaje, llamarla o mejor aún, verla, abrazarla, y sí, me refiero a mi abuela, la que preparaba las mejores arepitas dulces con anís y unas chuletas para chuparse los dedos.
La que me abrazaba y aconsejaba. La que sabía que estaba allí cuando y para lo que yo quisiera.
Hoy hace 10 años que no tengo esa oportunidad de decirle y recordarle con hechos, que la quiero. Pero si tu, quien lees esta nota, tienes la grandiosa gracia de tenerle vivo, viva, o vivos, no esperes a que ya no estén.
Dedicado a los abuelos que siempre están, o estuvieron allí.
A ti Gigi.
Por: María Beatriz Frías-Muñoz