Ya arrancó – y con buen pie – el año nuevo repleto de esperanzas y buenos
augurios para los que integran el “Young set” caraqueño
La otrora ciudad de los techos rojos está convertida en una mole de concreto. La gente del llamado “Young set” huye de lo obvio, y vuelve por sus fueros, Todos quieren disfrutar al máximo.
Y en eso para la flor y la nata de la ciudad se cuenta con lugares que muchas veces corren el riesgo de morir de éxito. Hay los que crean fama y sus propietarios se acuestan a oir el chirriar de sus cajas registradoras.
Lo de los amantes de la noche, gastan mucho. Y eso no deja de ser una perdición, pues los precios están hoy en día, por Júpiter. Y ya en la ciudad chic, todo es caro. Nadie se sorprende.
Y no es que los caraqueños no sepan divertirse, es que ganan lo suficiente para hacerlo.
La llegada del nuevo año, es un pretexto para salir a tomarse un trago y brindar a la salud de todo ser viviente. ¡Y cómo!
Por: Ramón Darío Castillo
radarcas@hotmail.com