Considerado el máximo representante del arte cinético venezolano, Carlos Cruz Diez sintió desde pequeño inclinación por el color y las artes plásticas.
Estudió en la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas de Caracas, culmina los estudios en 1945 como profesor para artes manuales y aplicadas. A partir de ese momento trabajó en diseño gráfico para varias publicaciones de Caracas y como director artístico de una publicidad. Entre 1955 y 1956 viaja a París y Barcelona para ponerse al día en la investigación sobre el color. Tras su regreso a Caracas, monta un Estudio de Artes Visuales dedicado a las artes gráficas y el diseño industrial, y prosigue sus investigaciones sobre la fenomenología del color. Durante algún tiempo Cruz Diez se desempeñó como profesor de Artes Plásticas, en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela, y dirigió la Cátedra de Investigaciones Cinéticas de la Escuela Superior Nacional de Bellas Artes.