El día sábado 29 de julio de 1967 la ciudad de Caracas, capital venezolana fue sacudida con un sismo de 6,5 grados en escala de Richter, el cual tuvo una duración de 35 a 55 segundos según la zona de la ciudad y dejó un lamentable balance de 236 muertos, 2.000 heridos e innumerables daños materiales.
La vidente que lo vió
Pero este fatal hecho de la naturaleza, habia sido predicho por una vidente italiana el año anterior.
El profesor Luis Beltrán Reyes publicó Eel día 2 de noviembre de 1966, en el diario “El Universal” las predicciones de la vidente italiana Marina Marotti quien vaticinaba “una ciudad de América de Sur en la que se celebrarían muchas fiestas; estaría llena de polvo, ruinas, muerte y destrucción en julio de 1967”, precisamente Caracas celebraba con mucja alegria su cuatricentenario.
La portada que impresionó
A su vez, la revista “Elite” el 21 de enero de 1967, es decir 5 meses antes del trágico terremoto, realizaba una curiosa e interesante publicación, en la cual había un reportaje del periodista Luis Duque, que se tituló: “¿Un terremoto destruirá a Caracas?” haciendo referencia a las profecías de Marotti.
A diez días
Pero la vidente Marotti no fue la única, el ver, presentir o como se le quiera o deba llamar a predecir el terremoto del 67, pues a tan solo 10 días un miembro de la Federación Espiritista de Venezuela, Prof. Luis Hernández, present en la corresponsalía del diario “El Nacional” en Maracaibo, lo siguiente; “Uno de nuestros médium ha logrado percibir que un terremoto de peores consecuencias que el de 1812 asolará a Caracas y ese día el Ávila rugirá”.
Humboldt lo advirtió
Alexander von Humboldt había declarado en 1800 que, en un plazo de 150 años, Caracas podía ser completamente devastada por un gran terremoto.
La marca de la centenaria cruz de la Catedral de Caracas
En la Catedral de Caracas, ubicada en el centro de la ciudad, se estaba oficiando una misa cuando al momento del terremoto los vitrales del templo súbitamente explotaron y los feligreses que estaban cerca se alejaron rápidamente hacia la Plaza Bolívar. En pocos segundos la centenaria Cruz Pontifical que coronaba la fachada se desplomó en caída libre hasta golpear el suelo, fragmentándose en pedazos quedando marcada su silueta en el mismo. Uno de los presentes recordaría el hecho con las siguientes palabras: “Vi cuando la cruz se desprendió y quedó grabada en el piso como una quemadura de hierro candente; en ese preciso momento el terremoto cesó”, lo que hizo que muchas personas atribuyesen esto como un milagro divino y durante varios días dicha silueta era venerada por los fieles hasta que, el 2 de agosto, las autoridades decidieron remover el trozo de concreto sin dar más explicaciones. Actualmente, luego de varias décadas de rumores y especulaciones acerca de su paradero, el mismo está preservado en la Capilla del Santo Cristo de la Misericordia, ubicada en el sector de El Valle.
Quedó todo grabado
En los estudios Sonomatrix -ubicados en el sector de Antímano- el técnico de sonido Alejandro López, el organista Tulio Enrique León y el compositor Germán Narvaez, estaban trabajando en la grabación de una pista instrumental para un tema grabado por un coro infantil unos días antes.
Al huir los tres hombres del estudio durante el movimiento sísmico los micrófonos, las consolas y los equipos de grabación de cinta magnetofónica quedaron en funcionamiento grabándose así el único sonido registrado del temblor.
De esta grabación la empresa FAVEDICA editaría más tarde un disco sencillo con una breve narración que explicaba lo sucedido y, además, se incluyó en dicho sencillo una composición musical alusiva al incidente ocurrido en la Catedral de Caracas antes descrito titulada: «El Milagro de la Cruz», la cual fue escrita por Oswaldo Oropeza e interpretada por Manuelita Sandoval junto al Conjunto de los Hermanos Oropeza.