La historia inicia con una tiara que Nicolás II de Rusia, el último zar de Rusia y su esposa Alexandra regalaron a Alicia de Battenberg, madre de Philip, el día de su boda con el príncipe Andrés de Grecia.
Al momento de comprometerse Philip con la entonces joven princesa Elizabeth, y viniendo de una situación financiera difícil, Philip aceptó la ayuda de su madre, quien donó sus diamantes de tiara para crear el anillo de compromiso de Elizabeth.
Philip fue el encargado del diseño, ayudado por el joyero Philip Antrobus. La pieza tiene un solitario de tres quilates y ocho diamantes pequeños, cuatro de cada lado.
El 10 de julio de 1947, Elizabeth y Philip anunciaron su compromiso al público y el anillo hizo su debut.
Después de la pedida de matrimonio, Elizabeth y Philip llagaron al altar el 20 de noviembre de 1947 en la Abadía de Westminster en Londres.
El resultado fue un anillo hermoso y con una historia como pocos. Pese a se precioso, según expertos el tamaño de su gema central de tres quilates es «relativamente modesto», esto probablemente debido a que Philip tomó en consideración el hecho de que Gran Bretaña acababa de salir de la II Guerra Mundial.
Para el día de su boda, Elizabeth II ahorró cupones de racionamiento de guerra para cubrir el costo de su vestido, un enlace que en sí fue relativamente menos extravagante que la mayoría de las nupcias reales.