Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid gobernaba la ciudad de Valencia, cuando está fue sitiada por tropas conducidos por el caudillo árabe Ben Yusuf.
Dicese que una mañana cuando subido a las almenas desde ellas estudiaba el campo del enemigo que le sitiaba, una flecha perdida le atravesó y El Cid cayo herido de muerte, sabiendo de su tragedia, tuvo valor para indicar una estrategia, “El Cid” ordenó que embalsamaran su cuerpo y que muerto cabalgara sobre su caballo Babieca en la siguiente batalla.
Toda la noche sonaron los tambores moros, para animar a los combatientes, seguros de ganar sabiendo que el Cid había sido abatido. En el interior de las murallas solo sus allegados conocian lo sucedido y se preguntaban qué podían hacer sin su señor.
Cuando amaneció se abrieron las puertas de Valencia y por ellas salieron al galope todos los caballeros que había en la ciudad, con el Cid a la cabeza, pues sus hombres le habían vestido, ceñido sus armas, y montado sobre su caballo, sus hombres recobraron el vigor y la esperanza de vencer.
Las tropas árabes, quedaron sorprendidos viendo al Cid montado en Babieca, cabalgando dispuesto a luchar cuando le creían muerto. El pánico cundió entre ellos, que huyeron. Así fue como el Cid Campeador había ganado su última batalla. Este hecho ocurrió en Valencia en julio de 1099 cuando el Cid, aún no había cumplido los 56 años.
Fuente: lanaveva.wordpress.com