El Museo Thyssen-Bornemisza viaja al Oeste y lo hace a través de uno de los terrenos de su colección más inexplorados y al que se quiere poner en valor, en la exposición La ilusión del lejano Oeste.
El barón Hans Heinrich Thyssen fue el primer coleccionista europeo que apostó por los artistas americanos del siglo XIX que se adentraron en los territorios del Oeste norteamericano y mostraron sus paisajes, así como unas formas de vida que estaban en proceso de desaparición.
Las del barón, gran aficionado a la literatura y al cine del Oeste, son las únicas obras que existen en España de este periodo. Entre ellas destaca la carpeta de grabados de Karl Bodmer, así como obras de Henry Lewis, George Catlin o Thomas Cole.
A los gustos de Han Heinrich Thyssen se unen los de Carmen Thyssen, quien en la presentación de la exposición ha recordado que, durante su matrimonio con el actor norteamericano Lex Barker, quien participó en varias películas del Oeste, coleccionó obras de arte y objetos pertenecientes a este capítulo de la Historia del arte. Las del barón, gran aficionado a la literatura y al cine del Oeste, son las únicas obras que existen en España de este periodo
Muestra, a modo de los antiguos gabinetes de curiosidades del Renacimiento, pinturas, fotografías, esculturas, objetos etnográficos, libros, cómics, carteles de cine, penachos de plumas, objetos utilizados por los indios, entre otras piezas que dan vida a las leyendas sobre el Lejano Oeste.
La exposición, que comienza en los jardines del museo en los que se ha colocado una gran tienda india como introducción, muestra obras de artistas como Karl Bodmer, George Catlin, Henry Lewis, Albert Bierstadt, Edward S. Curtis o Carleton E. Watkins, entre otros.
En el planteamiento del recorrido también ha sido importante para Miguel Ángel Blanco mostrar, a través de documentos, mapas y otros objetos, la aportación que tuvieron los españoles y su presencia en los territorios de Norteamérica durante más de tres siglos. «El único tratado de la historia de Estados Unidos que duró largo tiempo fue el que hicimos los españoles con los comanches».
Así, la exposición se inicia con un prólogo dedicado a los exploradores españoles que establecieron los primeros contactos con las tribus, ya desde el siglo XVI.