Desde hace tiempo vengo insistiendo en lo importante que es saber hablar debidamente. Dejas mucho de tí en tus palabras en su tono, en la gesticulación que sin que lo sepas, acompaña todo lo que dices. Si supieras el poder y la fuerza qu tiene cada palabra, tendrías mucho cuidado a la hora de expresarte. Puedes ayudarte y ayudar a dos demás, tanto como puedes herir, o hacerte un daño irreparable a tí mismo, el lenguaje en un arma poderosa que tenemos para el bien , pero lamentabemente , también para el mal. Es por eso que antes de hablar debes estar consciente de cual poderosa puede llegar a ser cada palabra.
Ten mucho cuidado, a lo largo del día nuestro cerebro recibe un gran número de palabras. Algunas de ellas, quedarán en el olvido, pero muchas otras quedan de manera inconsciente, y es a “posteriori” cuando vemos sus efectos buenos o nefastos.
Debemos estar conscientes de cada palabras que utilicemos día a día, procurando modificarlas para enfatizar cosas buenas, no creo sea tan difícl intentar ser gratos en cada palabra que musitemos, creando un ambiente de bienestar, eliminando las palabras de desprecio, malsonantes e insultos. Ten la seguridad de que no te va a ser fácil, asume desde ya que es un trabajo duro, pero cuando adviertas el resultado, te sentirás muy bien, pues verás que son realmente gratificantes y positivos.
Cada palabra tiene un sinfín de matices, unos más sutiles que otros, pero que pueden hacerle gran daño al que las recibe. Tienes ese poder y tienes con ellos la fuerza de las palabras, cada una es muy grande, todo depende del uso que sepas darle a cada una de ellas. Por Norah Frías-Muñoz