Debemos vivir mejor el valor de la decencia, así que podemos considerar como importante:
Respetar a los demás, que nuestra mirada no ofenda o incomode a las personas. Evita clavar los ojos en las personas esa impertinencia suele ser considerada del peor gusto y se hace muchas veces peligrosa.
Solo con conocimientos de educación, teniendo principios, no es suficiente para vivir decentemente. La decencia debe cultivarse en todo y por todo. Recuerda que no basta con serlo, hay que parecerlo, a través de nuestras acciones nos conocerán.
Tomando en cuenta que debemos vivir el valor de la decencia en los detalles en todo momento, para toda ocasión, esa manera de proyectarnos a los demás, dará confianza a los que nos lo rodean, por la integridad de nuestra conducta. Ten en cuenta que siendo de este proceder, tendremos relaciones estables basadas en el respeto y el interés por colaborar con los demás. Este valor templara nuestro carácter, a la vez que lo fortificará y ennoblecerá.
Por: Norah Frías-Muñoz
