Para muchas personas estas fechas son motivo de tristeza sometiéndolos en un estado de decaimiento, de severa depresión , es lo que se conoce comúnmente como ‘depresión navideña’, la cual incluye al Año Nuevo.
Y es que a algunas personas les resulta estresante tener que reunirse por obligación con la familia, con la biológica en algunos casos, pero mas serio aún con la política, y a otros, por su parte, les agobia la responsabilidad de satisfacer a todo el mundo a través del paladar y los regalos. En consecuencia, desean que estas fiestas pasen lo más rápido posible, despidiéndose de ellas de buen agrado hasta el próximo año.
Otro de los motivos más frecuentes por los que la gente no espera con tanta ilusión como cabría estos días es la pérdida de un ser querido. La nostalgia por los recuerdos vividos con esa persona en estos días tan señalados puede provocar que no se deseen celebrarlos.
Más allá de cenas, brindis, fiestas, los regalos, está el hecho en sí de reunirse por un día con aquellas personas que habitan en nuestro corazón y que muchas veces, por falta de tiempo o distancia no se ven tan a menudo como se quisiera. Por eso, y para que todos disfrutemos por igual, debemos preocuparnos y ser comprensivos con aquellos a los que estas fechas les trae malos sentimientos como los anteriores e intentar aliviárselos en la medida de lo posible.
Así mismo, poner de nuestra parte y recordar que si somos nosotros los que estamos tristes, los demás no tienen que pagar por ello, y lo correcto sería saber compartir, sin exageraciones, pero poner de nuestra parte para que todos podamos disfrutar y celebrar.
Recuerda que el estar triste siempre te hará mal, en cambio disfrutar sanamente siempre te hará bien.