El vitiligo es una enfermedad en la cual se pierde progresivamente el color de la piel. Se caracteriza por la aparición de manchas blancas en el rostro, las extremidades y la región genital. La mayor parte de los pacientes presentan la despigmentación en las manos inicialmente y luego en la cara. Estas manchas van progresando lentamente a partir de estos sitios y pueden extenderse por todo el cuerpo y llegar a un grado de despigmentación que la persona semeja a un albino: ausencia de pigmento en toda la piel del cuerpo, las cejas, las pestañas, el pelo. Es un proceso continuo de despigmentación que puede ser Más o menos acelerado.
La enfermedad se localiza solamente en la piel, por la falta de una célula: el melanocito. Las deMás células que componen la piel no desaparecen, no se encuentran alteradas. Solo la célula que produce el pigmento, y como el pigmento es el que tiñe la piel, no hay color.
La función vital de la melanina es proteger a las personas contra las radiaciones solares. El sol tiene radiaciones ultravioletas, que son dañinas para el organismo como es bien sabido. Si no tuvi‚ramos ese pigmento, las radiaciones ultravioletas nos atravesarían y podrían dañar la reproducción de células que se sitúan debajo de la piel, ocasionando por tanto alteraciones malignas: c ncer, daño tisular, quemaduras, destrucción de tejido.
Para decirlo con una expresión del profesor Miyares Cao:
«la melanina es una sombrilla natural con que cuenta el organismo para protegerse de las radiaciones ultravioletas».
Los pacientes que pierden la protección de la melanina en determinadas regiones de su cuerpo, cuando transitan por la calle y acuden al campo o a la playa, se encuentran expuestos a una mayor cantidad de radiación solar, sobre todo en las horas del mediodía. Por ello sufren Más daño. Esas serían quizás las únicas consecuencias que produce el vitiligo, por lo que si estos pacientes evitan el exceso de exposición solar, no presentan mayores problemas.
El vitiligo afecta al uno por ciento de la población mundial, según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, y se comporta de forma independiente a la edad, el sexo, la raza o la latitud geogr fica en que se viva.
Cualquier persona en cualquier parte del mundo puede sufrir de vitiligo, que se reporta por igual en todos los países.
Los datos suministrados por la OMS parecerían ser, de cierta forma, incompletos, porque las estadísticas se establecen a partir de los datos suministrados por la consulta de los dermatólogos.
Según estimados, estos pacientes no acuden con frecuencia al dermatólogo, porque generalmente en el ámbito médico se les afirma que la enfermedad no tiene tratamiento, y el paciente pierde la confianza, la fe en la curación y no solicita un nivel de atención especializado.
De ahí que se pueda inferir una incidencia mayor de la enfermedad, entre un 3 y un 5%, ya que en los países donde se ha establecido el tratamiento del vitiligo con el fármaco cubano, los pacientes acuden en un mayor número a las consultas.
Algo similar ocurre en la India, aunque por otras causas, ya que en ese país tradicionalmente se reporta el mayor porcentaje de enfermos con vitiligo, porque ante la aparición de la enfermedad y en consonancia con las creencias religiosas de esa sociedad, se origina un problema de rechazo al pensarse que las «manchas blancas» son derivadas de que la persona ha cometido algún pecado.
Abramos ahora un par‚ntesis, antes de entrar en las teorías existentes en torno a la enfermedad, para conocer qué sabe hoy la ciencia sobre las células pigmentarias.
«Se ha progresado poco», dice convencido el cientíico cubano. Los melanocitos son células que permanecen aún bastante desconocidas. Se sabe que son primas hermanas de las células nerviosas: nacen juntas en la cresta neural del embrión. Una vez que se desarrolla el sistema nervioso, también se desarrollan los melanocitos, y de ahí pasan al resto del embrión. Es decir, tienen un origen común: el sistema nervioso.
La forma de estas células se parece mucho a las neuronas, son estrelladas, alargadas. Se sabe que los melanocitos «emigran» de la cresta neural hacia la piel y no se sitúan sólo en la piel sino también en el sistema nervioso. «Es curioso –indica Miyares Cao– la presencia de células pigmentarias en el sistema nervioso, porque se encuentran en la retina, en el oído interno, y en la base del cerebro, y en estos sitios no existe relación alguna con la pigmentación, puesto que no hay posibilidad de exposición al sol».
Quizás la relación Más cercana sea en la visión, pues en este órgano sí existe relación con la luz. Pero los melanocitos se encuentran en la base del cerebro, en el oído interno, y no se sabe aún qu‚ función desempeñan en esas estructuras, las razones por las cuales se sitúan ahí, o en el sistema simpático, en la médula espinal, donde existen también melanocitos y no se conoce exactamente tampoco qué actividades realizan.
Sí se sabe que estas células contienen una enzima llamada tirosinasa, que es la responsable de formar el pigmento. El melanocito capta de la circulación un amino cido, la L-tirosina, que en un proceso de transformaciones sucesivas se convierte en melanina, que es el pigmento de color oscuro que colorea la piel de los seres humanos y algunos animales.
Ahora bien, el origen del vitiligo se encuentra aún en discusión. Se plantean fundamentalmente tres teorías en el momento actual: la neurogénica, la inmunológica y la llamada de autointoxicación del melanocito.
En cuanto a la teoría neurog‚nica se sostiene que el sistema nervioso produce una sustancia que destruye los melanocitos. Las células nerviosas en un determinado momento –sin que se conozca tampoco por qu’e producen compuestos que son tóxicos para los melanocitos, y los destruye.
Esta teoría se sustenta en el hecho conocido por todos los médicos que atienden pacientes con vitiligo de que alrededor de un 70 por ciento de los enfermos comienzan el proceso de despigmentación luego de haber padecido un estrés o tensión emocional extrema. Es decir: se observa clínicamente una estrecha relación entre el sistema nervioso y la destrucción de las células pigmentarias.
Otra de las teorías más en boga entre los especialistas es la inmunológica. Plantea que el vitiligo es una enfermedad autoinmune: el individuo en determinado momento sin que tampoco se conozca el porqué empieza a producir anticuerpos contra sus propias células pigmentarias y las destruye. Esta destrucción, como ya hemos señalado, se comporta de forma gradual. Se ha determinado ciertamente que existe una producción anormal de distintos tipos de anticuerpos en algunos de estos pacientes, en relación con otras personas que no padecen este tipo de enfermedad.
A juicio del doctor Miyares Cao, si un 80 ó un 90 por ciento de los pacientes con vitiligo tuvieran anticuerpos antimelanocitos, la teoría inmunológica sería sustentable científicamente, pero ello no ha podido ser corroborado.
En la teoría denominada «autointoxicación de melanocitos» se sostiene que el melanocito va formando la melanina a partir del amino cido L-tirosina, y en este proceso químico se forman algunos compuestos que son tóxicos para el melanocito y que, normalmente, dicha célula elimina. Siguiendo los planteamientos de esta teoría, el melanocito queda incapacitado de eliminar estos compuestos que surgen en el propio proceso de síntesis de la melanina, y al acumularse dentro de ‚l, lo afectan llegando incluso a destruirlo.
Estas sustancias son los hidroxi-indoles, que se generan en el proceso de formación de la melanina. En ensayos de laboratorio los hidroxi-indoles resultan tóxicos para los melanocitos. Nadie hasta ahora conoce tampoco el porqué, pero el melanocito comienza a autodestruirse al quedar incapacitado para eliminar estos compuestos.
Es una teoría interesante que se puede comprobar al aplicar la mencionada sustancia química sobre los cultivos de célula de melanocitos. Ahora bien, ¨cómo se produce esa destrucción en el organismo? ¨Por qu‚ causas empieza? Hasta el presente no ha sido posible ofrecer una explicación a estos hechos.
Más recientemente ha aparecido una teoría que trata de aunar las tres anteriores.
Se plantea que el paciente lo primero que sufre es un choque emocional, un estrés. A partir del estrés sufrido, el sistema nervioso produce sustancias tóxicas que destruyen los melanocitos. Luego la primera destrucción de los melanocitos sería originada por un sistema nervioso alterado. Los melanocitos destruidos generarían antígenos que pasarían al sistema inmune para producir anticuerpos contra los propios melanocitos. La destrucción es paulatina. Estos anticuerpos, al fijarse sobre los melanocitos les afectarían su función química de síntesis de la melanina y sobrevendría la posibilidad de que se liberaran los hidroxi-indoles: la intoxicación química.
Sintetizando lo anterior: el estrés sería el responsable de la primera destrucción del melanocito por la acción del sistema nervioso: se liberan antígenos y se sensibiliza el sistema inmune. El sistema inmune entonces produce anticuerpos que continúan destruyendo los melanocitos, y los anticuerpos, al fijarse sobre el melanocito, le alteran su función química y no pueden trabajar normalmente porque tienen «algo extraño» pegado a ‚l, no pueden producir la melanina normalmente, se les acumulan los compuestos químicos dentro y se destruyen. Es una teoría unicista.
El doctor Miyares Cao, quien realiza rigurosos y sistemáticos estudios en cuanto al origen de esta enfermedad, se afilia en la actualidad a la teoría neurog‚nica, la que plantea que el sistema nervioso es el causante de la destrucción de los melanocitos. Hay un origen común en estas células que permite que unas puedan actuar sobre las otras. Son primas hermanas, insiste. «Una alteración de una pudiera provocar repercusiones sucesivas en las otras». concluye.
«En nuestro servicio clínico observamos que un 70 por ciento de nuestros pacientes, tanto cubanos como extranjeros, refieren haber padecido de un fuerte estrés antes de comenzar el proceso de despigmentación. Hay sin duda una íntima relación entre acción nociva sobre el sistema nervioso y el proceso de despigmentación de la piel».
El estrés que origina esta despigmentación es muy variable. En ocasiones puede ser un conflicto familiar, escolar, laboral, la muerte de un ser querido, un problema sentimental, una crisis de miedo, un accidente, incluso un susto que sienta un niño ante un perro o una serpiente. Una impresión desagradable puede provocarlo.
Ello est referido en la historia clínica de muchos pacientes atendidos por el doctor Miyares Cao, a los cuales siempre les pregunta cómo comenzó el vitiligo y con qué relaciona la aparición de la enfermedad.
Aparecen testimonios de excepcional interés, situaciones que han llevado a las personas a despigmentarse.
Una paciente refería, por ejemplo, que durante sus vacaciones, encontrándose en una excursión turística, ya lejana a la costa la lancha en que viajaba se le averió el motor. El conductor se encontraba embriagado y la paciente se vio obligada a flotar a la deriva hasta el día siguiente, que fue cuando la vinieron a rescatar. Sufrió tal crisis de iedo, según consta en su historia clinica, que de acuerdo con sus propias palabras, «horas Más tarde me comenzó el proceso de despigmentación de la piel».
La madre de un niño que fue atendido en el Centro de Histoterapia Placentaria narró que su pequeño hijo, perseguido por dos perros policías, se vio en la necesidad de subirse a un árbol. «Los perros –cuenta la mamá – no llegaron a morderlo, quedó sano y salvo; sin embargo, al día siguiente a mi hijo comenzó a despigmentársele la piel».
La despigmentación puede ocurrir en horas y también a los pocos meses. En ocasiones un fuerte estrés se produce ahora y al año puede manifestarse la despigmentación. Transcurrido un año de un suceso de fuerte estrés, generalmente no se le confiere valor clínico.
Se reportan también situaciones de separación de la pareja. Luego de la ruptura de un matrimonio, uno de los cónyuges puede afectarse, o los hijos. Si se producen discordias en el hogar entre los padres, a veces los hijos no alcanzan a explicarse esas situaciones; o el padre se embriaga y le pega a la madre. Son muchas las historias que atesora el Centro donde se narra que muchos niños y jóvenes se han despigmentado por vivir en situaciones de constante tensión y afectación de sus seres queridos.
Lo anterior podría valorarse como la experiencia clínica del doctor Miyares Cao en su trabajo asistencial. Veamos ahora lo que demuestran sus investigadores de laboratorio.
En el laboratorio ha experimentado con ratones y conejos negros someti‚ndolos a una situación de estrés. Lo que sería, por ejemplo, colocarlos en una jaula pequeña, donde limitados en sus movimientos no puedan moverse pr cticamente. Se colocan en una posición bípeda y la jaula se introduce dentro de un recipiente con una temperatura de 10 grados centígrados. Se tapa el recipiente. El animal se ve entonces en una situación de completa indefensión, no puede ver nada, ni escapar y siente que comienza a enfriarse. Esto les provoca lógicamente una situación angustiosa.
A los ratones, por ejemplo, les gustan los sitios calientes y son muy inquietos. Si se mantiene al animal en la situación descrita 15 minutos diariamente durante dos semanas, el animal comienza a despigmentarse igual que una persona.
El doctor Miyares Cao ha logrado producir en su labor experimental, por primera vez en el mundo, el vitiligo en animales de experimentación. Y ha corroborado una y otra vez cómo a ratones y conejos se les empiezan a despigmentar las extremidades, las orejas, la cola y el pelaje. Cuando se realiza la biopsia en los sitios despigmentados, aparece lógicamente la ausencia de melanocitos y melanina en esa zona de la piel estudiada, despigmentada luego de sufrir el estrés.
Es basado en esas investigaciones, y por la experiencia clínica ganada, que el doctor Miyares Cao se afilia a la teoría neurogénica.
«Existe sin duda una influencia del sistema nervioso sobre las células pigmentarias, durante la cual el sistema nervioso produce una sustancia química capaz de ocasionar la despigmentación de la piel».
En la búsqueda de esa sustancia se encaminan los esfuerzos investigativos actuales del doctor Miyares, descubrir qué parte del sistema nervioso la produce para poder conocer entonces quizás la fisiopatología de la enfermedad.
Cuando sucede esta conversación (año 1996) el científico ubano señala que la licenciada en Ciencias Biologicas Ileana Hollands, quien ha colaborado con ‚l en muchas de sus investigaciones durante Más de 20 años, ha logrado demostrar la actividad despigmentante que posee el suero sanguíneo de pacientes con vitiligo en animales de laboratorio. Ello fue revelado por primera vez en el XVIII Congreso Mundial de Dermatología, celebrado en 1992 en Nueva York, que suscitó extraordinario interés en la comunidad científica.
En el reporte presentado al congreso se demuestra cómo ratones negros inyectados con sueros de pacientes portadores de vitiligo, se despigmentan, y la despigmentación que se origina sigue progresando. Ello no ocurre en los animales de la misma especie inyectados con sueros de personas normales.
«Evidentemente –corrobora el científico– en la sangre del paciente con vitiligo existe algún elemento capaz de despigmentar la piel de un animal».
Estas investigaciones no se han realizado en seres humanos, por lo que se desconoce aún qu‚ cantidad de esa sustancia sería necesaria para lograr la despigmentación de una persona mediante una transfusión sanguínea.
En cuanto a este trascendental hallazgo, el doctor Miyares avanza la siguiente hipótesis:
«Quizás la sustancia que produce el sistema nervioso se transfiera a la sangre y, una vez en el torrente sanguíneo, se difunda a otras partes del cuerpo».
En estos momentos el científico se afana en la identificación de esa sustancia química, lo que considera un proceso largo y complejo, porque en el suero anidan muchas sustancias y es necesario llegar a su caracterización.
Investigadores de otras latitudes que han cursado estudios de posgrado en el Centro Internacional de Histoterapia Placentaria, luego de conocer estos trabajos experimentales, han reproducido la experiencia en sus propios laboratorios, con los mismos resultados obtenidos por profesor Miyares Cao.
«Nos encontramos enfrascados en la tarea de tratar de identificar esta sustancia que aparece en el suero del paciente, que es capaz de despigmentar a los animales de experimentación, con el objetivo de conocer cómo se produce la enfermedad y también porque ello permitiría seguir la evolución clínica de estos pacientes».
El vitiligo no limita la expectativa de vida de una persona. Se pueden vivir 100 años y Más padeciendo de vitiligo, pues esta afección no genera alteraciones orgánicas. Por tanto, hasta el momento no existe ningún análisis mediante el cual se pueda corroborar la evolución real del paciente. El único indicio de mejoría hasta el presente es la observación de que la persona va repigmentando la piel.
Ha sido siempre un sueño (un propósito) del eminente investigador disponer de una prueba que permita demostrar la evolución del paciente a medida que se va produciendo la repigmentación de la piel.
«Esta sustancia que hemos encontrado en el suero sanguíneo de los pacientes con vitiligo pudiera ser un eficaz indicador para esa prueba soñada. Estoy seguro que una vez que la identifiquemos, podremos comprobar la concentración en sangre de esa sustancia y su vínculo con el aumento o disminución de la despigmentación, y se podría conocer entonces cómo a medida que el paciente se va pigmentando, la sustancia iría disminuyendo en sangre, y convirti‚ndose de hecho, desde una etapa temprana del tratamiento, en un seguro indicador de la buena respuesta del medicamento».
El doctor Miyares considera que este nuevo descubrimiento ha abierto nuevos horizontes en el tratamiento de la enfermedad.