Vivir Bonito: Casa Lucio en Madrid

Vivir Bonito: Casa Lucio en Madrid

#VivirBonito

Ir a Madrid sin pasar por Casa Lucio, es imperdonable.

Lo que fue el mítico Mesón Segoviano, allá por 1700 y tantos, se convirtió desde noviembre del año 1974, en uno de los sitios para comer, mejores y más queridos, por los que viven ahí, como por los transeúntes que viajan a la capital española.

El local

Situado en el corazón del Madrid muy antiguo, en la CavaBaja, el famoso restaurante madrileño, que tantos lindos recuerdos trae a mi memoria, es un lugar cálido, que conserva su antigua estructura y que con su cocina maravillosa, unida a la amabilidad y cordialidad de su dueño, Lucio Blazquez, quien personalmente se ocupó siempre de todos los detalles, de esa, su casa, como siempre la ha considerado y denominado.

Hoy en día, son sus hijos, quienes también, con simpatía y esmero, atienden y velan por el correcto funcionamiento del delicioso mesón de los «huevos rotos», uno de los platos estrella, de éste genial restaurantero español.

Comida extraordinaria, personalmente, no pude evitar nunca empezar con una Angulas al ajillo y como segundo plato, casi siempre escogí, el Cochinillo a la Segoviana; extraordinarios!

La Fabada Asturiana, los Callos a la Madrileña, las Cochas a la plancha, el Jarrete de ternera, y así una gran variedad de platos muy típicos de la gastronomía española, acompañados de postres también típicos y deliciosos; siempre me convencía el rico Tocinillo del Cielo.

La carta de vinos, espléndida; nos turnabamos mi madre y yo, entre su favorito, un tinto Marqués de Riscal; yo me inclinaba por otro Marqués, él de Cáceres, que ha sido siempre mi gran favorito entre los caldos españoles, con el Ardanza, que es también de mis grandes favoritos.

Foto: casalucio.es
Foto: casalucio.es
Foto: casalucio.es

Lucio, lo recuerdo, siempre tenía un gesto encantador con sus visitantes, palabras gratas, no olvidaba una cara y así detalles fenomenales que hacían y hacen de su excelente restaurante, una obligación con el paladar y la cultura gastronómica, estando en Madrid.

Por él tomaba Pacharán, una invitación suya con el café, casi obligación para sus amigos.

Podía uno conseguirse allí con las caras más conocidas no solo de España, de cualquier parte del mundo: reyes, presidentes, aristócratas, artistas, modelos, banqueros y empresarios, un desfile de personalidades, entre grupos de amigos y familiares, amantes de la buena cocinay los mejores fogones.


Un lugar fabuloso para no olvidarlo nunca.
-Norah Frías-Muñoz