El 6 de agosto de 1813 entra Simón Bolívar triunfalmente en Caracas, coronando con el éxito la Campaña Admirable. Había salido de Cúcuta el 14 de mayo.
En Trujillo debía esperar las órdenes de la Nueva Granada para proseguir la campaña. Pero el tiempo era principal enemigo y no podía dar tregua a los españoles. Las tropas de Monteverde acababan de llegar de Oriente, donde estaban ocurriendo cosas singulares. Por coincidencia en enero de este mismo año, un grupo de patriotas que se había refugiado en el islote de Chacachacare, cerca de Trinidad, decide invadir a Venezuela. Ellos son Mariño, los hermanos Bermúdez, Piar, Azcue, Videau…El grupo lo formaban 45 patriotas, jóvenes y decididos. Desembarcaron en Güiria, con apenas seis fusiles y armados de machetes cayeron sobre quinientos españoles que allí estaban. Luego siguieron sobre Irapa y a poco estaban en Maturín.
Esto me entusiasmó mucho más y decidí continuar. El 2 de julio obtuvimos una bellísima victoria en Niquitao, gracias al valor de José Félix Ribas y al concurso de Urdaneta. Días más tarde entrábamos liberando a Barinas, donde los españoles habían hecho desastre.
De triunfo en triunfo seguimos hasta San Carlos. El 31 de julio se me presentó la inmensa oportunidad de abrirme paso hacia el centro del país. Caracas era mi objetivo y ese día derroté por completo a los españoles en Taguanes. Monteverde, que estaba en Valencia, quiso venir a auxiliar a Izquierdo, pero al saber la derrota de éste, se devolvió y cogió el camino de Puerto Cabello.
Así, quedaba Valencia más libre y el 2 de agosto entré triunfalmente en esta ciudad, donde dejé de Gobernador Militar a Girardot y con tropas de éste y de Urdaneta me dirigí a Caracas.
A mi adorada ciudad natal llegué el día 6 de agosto. Tenía yo 30 años. Y ya todo el pueblo sabía que mi ejército había venido venciendo de población en población. Los realistas de Caracas, encargados del Poder Civil y Militar abandonan la ciudad precipitadamente y se esconden en La Guaira. Luego, en 14 barcos se van hacia Curazao.
Precisamente la Gaceta de Caracas, que había sido el primer periódico de Venezuela, decía en la edición del 26: “Que se considere al héroe caraqueño en medio de un concurso de más de treinta mil almas recibiendo los honores sinceros de todo un pueblo a quien acaba de liberar, manifestados por la más tierna sensibilidad, y expresados por las aclamaciones repetidas de: viva nuestro Libertador, viva la Nueva Granada, viva el Libertador de Venezuela”.