Se ha hecho esperar, pero ya está aquí la primavera, a veces lenta y sinuosa, pero siempre eterna para los venezolanos.
Mientras la gente ya hace planes para iniciar el éxodo de la Semana Mayor, hay quienes hacen un alto en sus quehaceres y se dedican en cuerpo y alma al dolce fareniente. El paisaje se torna luminoso, incendiado de colores, y en el majestuoso Avila transcurren horas los que toman estos predios para marcar el tiempo “cool” a la fuerza pero igualmente divertido y cordial. Para los integrantes de “La Ciudad Chic “ , es un deseo ferviente el que ya una buena parte de sus ídolos marque la milla para recorrer mundo. Unos para buscar nuevos horizontes, estudiar o reencontrarse con viejas aspiraciones. Otros, y en eso coincidimos muchos, se sienten atraídos por las estrellas terrenales que hacen correr ríos de tinta, como Eglantina Zingg, bella y radiante de simpatías, que está en el epicentro mismo del éxito.
Otro que saborea las mieles del éxito en París, es Oscar Carvallo, cuyos diseños traspasan las fronteras árabes, y la no menos increíble Tina Kliumi, esposa del afamado director de orquesta Eduardo Marturet, que cuando se escapa a Caracas, contempla extasiada su adorado cerro El Avila.
Todos ellos inspiraron a todos los que vinieron después a tocar el Olimpo de la fama. Y no nos referimos a diseñadores, músicos, modelos o cineastas, sino a actores que como Edgar Ramírez ya brilla con luz propia, una filosofía artística perfectamente plasmada a través del sonido, la palabra y la imagen.
Por: Ramón Darío Castillo
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