Sabemos que no exite una receta exacta, somos individuos; cada caso, cada vida es un mundo, cada momento, cada situación no se puede comparar a la de otras personas, ni siquiera a la de uno mismo en etapas anteriores de nuestra vida.
Pero indiscutiblemente hay aspectos, «ingredientes», que si la felicidad fuera una receta, serían infaltables para poder darle forma.
Si existiese una composición así, los ingredientes infaltables serían;
Agradecimiento: Da gracias a la vida por lo que tienes y agradece a quienes te hagan un favor/brinde algún tipo de ayuda o buen consejo.
A veces, pasamos de largo esos detalles, no le damos importancia, el ego nos embarga y es tan hermoso cuando alguien hace algo por ti, pero más bello aún es agradecerle, a veces un gracias acompañado por una sincera sonrisa basta.
Amor: Ámate a tí mismo, deja que te amen y ama a los demás.
Sí exacto, ámate, ama y deja que te amen, algunas veces nos dedicamos a amar y no abrimos las puertas a que otros nos amen. Es una composición de los tres amores
Sonreír: No se te olvide soreír, sonríele a la vida, no importa la circunstancia, tu sonrisa vele más.
El valor de una sonrisa es incalculable, le hace bien hasta a tu salud y llena tanto al alma.
Ten como norma sonreir en el espejo al levantarte o antes de salir, sonríe a cada instante que puedas.
Queridos lectores, aunque esta receta suena fantástica, no olvides esa frase tan certera que reza «la felicidad no es solo el destino, también es el camino».
Está en tí ser feliz cada día.
Con cariño,
Be Frías.
@befriasm