Todo tenemos estres, sea en mayor o menor medida, el día a día y una inagotable lista de cosas que nos van abrumando. Navegando por la red encontramos algunos tips, que nos pueden ayudar a desestresarnos.
Vigila la calidad del sueño nocturno. No sólo son importantes la cantidad de horas que duermes, sino que el sueño sea reparador.
Atención a los alimentos. No basta con dejar de atiborrarse antes de ir a dormir. Si se disminuye durante el día el consumo de algunas sustancias como el alcohol, la cafeína o el azúcar, la calidad de sueño mejorará.
Inetenta no hacer nada durante un par de minutos, salvo estar concentrado en tu respiración.
Disfruta de un buen café (cuidado si eres sensible a la cafeína) sino, de un jugo o hasta de un simple vaso de agua, pero poco a poco, de sorbo a sorbo, no es simple hecho de beberlo, sino de disfrutarlo.
Da un paseo corto. El aire fresco te revitalizará y mucho mejor si es de día, para que se estabilicen los niveles de serotonina.
Aprovecha para meditar o soñar despierto con cosas agradables.
Deja que un día o dos a la semana sean más relajados. Hazle sitio a tus hobbies.
Que no todo tu ocio sea bullicioso. Guarda un tiempo para estar a solas contigo, para “charlar” contigo mismo de forma relajada.
Proponte algunas actividades relajantes que sean de tu gusto y practícalas. Por ejemplo: hacer yoga, darte un baño tranquilo,etc.
Haz unos minutos de ejercicio físico. Sí, puede ser bailando, saltando o haciendo abdominales.
Recurre a la música. Aquella que revive recuerdos agradables o la que, simplemente, te haga sentir mejor ahora.
Ríe. Dedica unos minutos a buscar eso que te hacer reír. La ansiedad encogerá como el algodón cuando se lava en agua muy caliente. Esto es, mucho.
Muestra tu afecto. Palabras, sonrisas, abrazos de ida y vuelta… El contacto cálido con quienes amamos mitiga el malestar.