Y a fulanito ¿lo invito o no? ¿y menganito? uff ¡que difícil tarea!
Cuando llega el momento de elegir a quién invitar y a quién no, que dolor de cabeza, pero no todo es tan horrible. Primero que todo recuerden establecer qué cantidad de invitados tendrán, según si se trata de una gran boda, de una más chica o de la estricta intimidad.
Al principio surgirán nombres por cortesía, por recuerdos cariñosos, etc, personas por ambas partes, y hasta las inevitables sugerencias de los padres, tanto de la novia como del novio, por eso es imprescindible saber la cantidad de invitados que tendrán, para ver así que tan estrictos hay que ser con las invitaciones y ser lo más equitativo posible entre ambas familias.
Pueden tener dos listas, una a modo de A y la segunda a modo de B.
En este caso la lista A sería solo para los invitados quienes de verdad no imaginas o tu pareja, la boda sin ellos, si llegas a recibir cancelaciones de algunos invitados de la lista A, puedes pasar a dicha lista personas de una segunda lista, digamos que una B, ese tipo de personas que si bien no son imprescindibles en una fecha tan especial pero que te gustaría verlos allí.
Material
Sobre las invitaciones, es aconsejable, como en cada detalle de la boda, el escoger con antelación el tipo de papel, color y letra, para ello lo más importante será establecer qué estilo tiene la celebración, es decir; si es una boda rústica, boho chic, clásica, minimista. Con eso claro, ya tendrán libertad dentro de elegir sin desentonar con la decoración.
Tiempo
Manden las invitaciones con tiempo, para que así los invitados puedan con comodidad hacer espacio en sus agendas.
