Ingredientes
200g de Harina
250g Dulce de membrillo
2 Huevos (las yemas)
5ml Esencia de vainilla
100g Manteca (mantequilla)
100g Azúcar
75 ml Agua
1 Limón (ralladura)
Preparación
En un recipiente amplio y hondo mezclamos la harina con el azúcar. Añadimos una yema de huevo, la esencia de vainilla y la ralladura de medio limón y removemos bien. Cortamos la manteca cortada en dados y la incorporamos al resto de ingredientes.
Obtendremos una mezcla parecida a migas que terminamos de trabajar amasando ligeramente para homogeneizar. La idea es que la masa no coja calor, así que en cuanto la mezcla esté lista la envolvemos en papel film y la guardamos en la nevera por una hora.
Trocear el dulce de membrillo y calentarlo junto con el agua en un cacito o en el microondas hasta obtener una especie de mermelada. Puede ser necesario añadir un poco más de agua. Dejamos enfriar completamente antes de usar.
Cuando la masa esté bien fría la dividimos en dos. Sobre una encimera espolvoreada con harina estiramos una de las mitades con ayuda de un rodillo y cubrimos con ella la base y laterales de un molde de 26 cm (de base desmoldable). Extendemos el relleno por toda la superficie.
Repetimos la operación con la otra mitad de la masa y la cortamos en tiras de 1,5 cm. Colocamos sobre el relleno formando un enrejado. Pincelamos estas tiras de masa con yema de huevo y cocemos la pasta frola en el horno, precalentado a 180 ºC con calor arriba y abajo, durante 30-35 minutos o hasta que esté dorada.