LA muerte de la actriz Laura Antonelli, mito erótico de Italia

LA muerte de la actriz Laura Antonelli, mito erótico de Italia

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La actriz italiana que en la década del 70 fué simbolo del erotismo cómico, murió este lunes tras haber abandonado hace muchos años su carrera aquejada por la droga, la depresión y la soledad.

Nacida el 28 de noviembre de 1941 en Pula (actual Croacia), residía desde niña en Roma, donde inició su carrera de diva erótica, gracias a su belleza, que hizo soñar a una generación entera de italianos.

Célebre por la escena en el filme «Divina criatura» (1976) de Giuseppe Patroni Griffi en la que aparece completamente desnuda por siete minutos, una eternidad para ese entonces, llegó a trabajar también con maestros del cine de autor de la talla de Luchino Visconti (El inocente, 1977) y Ettore Scola en «Pasion de amor» (1981).

Dos veces premiada con el David de Donatello, el máximo galardón del cine italiano, fue un icono sexy, sobre todo por su papel de hermosa criada sensual en «Malicia» (1973) de Salvatore Samperi.

Fue la compañera del reconocido actor francés Jean-Paul Belmondo (1972 a 1980), una época en la que vivió en París y rodó varias películas con directores franceses, informó la agencia francesa AFP.

Belmondo se mostró este lunes «profundamente triste» por la noticia de su muerte. «Laura fue para mí ante todo una compañera adorable, con un encanto excepcional», dijo en una declaración escrita a la AFP.

Era el emblema del destape, de una Italia jocosa y desinhibida.

Modelo de belleza, «digna de un cuadro de Rafael», recuerda este lunes el crítico de cine Paolo Mereghetti, Antonelli interrumpió su carrera en 1991, cuando hallaron en su villa 36 gramos de cocaína.

A partir de ese momento inicia el declive. Condenada en 1991 a tres años y seis meses de cárcel por tráfico de droga, la corte de apelaciones la absolvió nueve años más tarde, tras reconocer que era adicta a la droga y no una traficante.

A los problemas judiciales se sumó la depresión a la que contribuyó una cirugía plástica equivocada, con la que aspiraba a relanzarse y que la desfiguró.

La idea de regresar por la puerta grande al cine con «Malicia 2000» se evapora y pasó años presentando recursos y solicitando una idemnización por los daños a su figura, que terminaron dándole otro duro golpe: las deformaciones fueron causadas por una alergia.

Agobiada, frágil, pobre y deforme, fue internada varias veces por problemas psiquiátricos y pasó los últimos años de su vida sola, triste y aislada.

Según el diario Il Corriere della Sera murió de un infarto.

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