Planifica y realiza actividades que sean de tu agrado, por ejemplo: caminar, cocinar un plato especial, leer, practicar algún deporte, pintar, etc.
Piensa en forma positiva, todos nuestros dolores están alimentados por pensamientos negativos que repetimos constantemente en nuestra mente. Pero, ¿son esos pensamientos reales, buenos, equilibrados u objetivos? definitivamente no lo son. Los pensamientos que en verdad son beneficiosos, son aquellos que te entregan una sensación de libertad y paz. Cuando traigo a mi mente pensamientos que me liberan es porque en verdad estoy pensando con objetividad y razón.
Enfócate en los aspectos buenos de tu persona, todos tenemos al menos un aspecto positivo que nos hace únicos y valiosos. Debes utilizar ese aspecto como tu caballito de batalla, te ayudará a mejorar tu autoestima, lo que traerá como resultado, que puedas respetarte y respetar a su vez a los demás.
Traza un plan para superar los aspectos que no te gustan de tu vida y ve cambiándolos uno a uno. Procura de ser bondadoso contigo mismo y no imponerte tareas imposibles o desagradables
Esfuérzate en identificar que situaciones te causan angustia. Por ejemplo, puedes llevar un diario e ir anotando allí que circunstancias te resultaron penosas. Cuando termines, escribe cual habría sido la manera ideal de abordar la situación y que a su vez te permitiera salir airoso y feliz. Ello te ayudara a prepararte para la próxima ocasión que se presente una situación similar.
Permítete vivir y sentir tus emociones, por ejemplo, si viste algo en la televisión que te impacto mucho y sientes ganas de llorar, llora, no hay nada de qué avergonzarse. Lo importante es que esa situación no paralice tu vida.
Trázate un objetivo de vida, muchas personas no saben a dónde van ni porque se afanan tanto en tareas banales, esto les hace sentir que sus vidas son un sin sentido. Identifica que deseas en tu vida y que no deseas. Proponte un objetivo último, algo grande que te haga sentir vivo, no importa si luego lo cambias. Esto te permitirá dar un sentido a tu vida y la vez será una motivación para tus acciones.
Al final del día agradece, haz un recuento de las cosas buenas del día, si fue sólo una, entonces enfócate en ella y agradece porque esa cosa positiva formo parte de tu día. Y si fuiste el creador de esa buena acción, entonces agradece a ti mismo por tu valía.