Para los italianos, la Navidad es una fiesta que hay que pasar en compañía de la familia, degustando los platillos del ‘cenone’ y abriendo los regalos del ‘Babbo Natale’
“Navidad con los tuyos, Pascua con quien quieres”, este lema, muy conocido en Italia, puede bien explicar la importancia para los italianos de pasar con sus familias el día más importante del año.
Una tradición a la que los italianos (en particular en el sur del país) no pueden renunciar, es pasar junto a sus seres queridos la víspera de Navidad, el 24 de diciembre, cuando las familias se reúnen para disfrutar del famoso “cenone navideño”, la cena que precede la medianoche.
EL MENÚ NAVIDEÑO
El “cenone” italiano tiene sus reglas, la primera de las cuales es comer exclusivamente pescado. Hay que recordar que los menús no son iguales en todas las regiones italianas, pero sí hay algunos platos típicos como los vegetales fritos (una tradición romana), tartinas y ensalada de pescado, para empezar con las entradas.
Hablando de Italia no puede faltar un plato de pasta, entre los más típicos están la pasta con salsa de tomates y atún, spaghetti con almejas u otros mariscos.
El día 25 se puede comer carne. El plato principal es sin duda la pasta al horno, un timbal de pasta con salsa de tomate, carne, trocitos de mozzarella y parmigiano (queso) arriba. Un plato de carne muy apreciado es el arrosto, la carne asada y el rosbif.
Tanto el 24 como el 25 y los días siguientes, no faltan los dulces típicos navideños. ¡En Italia no es Navidad si no hay dulces! El más famoso en todo el mundo es el panettone (pastel de Navidad), cuya versión tradicional nació en la ciudad de Milán.
Al pasar de los años han sido creados tipos diferentes tanto del panettone como del Pandoro, muy parecido al panettone pero sin canditi (dulces).
EL ÁRBOL Y EL PESEBRE
Según la tradición, el Árbol de Navidad aparece en las casas italianas a partir del 8 de diciembre, el día de la celebración de la Imaculada, cuando las familias empiezan a preparar tanto el árbol como el pesebre.
Poner el pesebre es una tradición muy apreciada en el país, los italianos buscan siempre dar un toque muy personal al pesebre que montan en su hogar.
Uno de los pesebres más famosos es el de Greccio, un pequeño pueblo cerca de Roma, donde San Francisco de Asís presentó el primer pesebre viviente en 1223.
Árbol y pesebre se quedan en las casas italianas hasta el día de Reyes, 6 de enero, la fiesta llamada “Epifanía” o mejor conocida como la “Befana”.
Los niños esperan a la «Befana», una viejecita que vuela sobre una escoba y entra por las chimeneas para dejar los dulces y regalos para todos. Todos menos los que no se han portado bien, para ellos la “Befana” sólo llevará carbón (dulce, ¡por supuesto!).
Los niños italianos, como los de todo el mundo, son los que más aprovechan de estos días de fiesta. En la ciudad de Roma hay una tradición muy fuerte y querida por los romanos, que es la de llevar los niños frente al famoso “Bambinillo” para que le puedan dedicar sus cartas y sus poesías. Estamos hablando de la estatua del Santo Niño, guardada en la iglesia de Santa María in Ara Coeli, situada al lado del “Campidoglio” (sede del Ayuntamiento de Roma, al lado de la plaza Venecia), que según la leyenda tendría poderes milagrosos y frente a la cual los más pequeños hacen la cola para leer sus obras y pedir protección y bendiciones para sus familias.
El momento sin embargo más esperado por todos los niños es la Nochebuena, cuando llega “Babbo Natale” (el nombre italiano de Santa Claus) que llevará consigo los regalos deseados durante todo el año.
Fuente: cunavidad.com