Se dio cuenta que al finalizar el invierno al vino le salían burbujas y se le ocurrió intentar conservarlas.
Dom Pérignon fue el primero en experimentar mezclando vinos de diferentes procedencias para mejorar así la calidad del producto final.
La prestigiosa bodega Moët et Chandon bautizó con el nombre de Dom Pérignon a uno de sus famosos champagnes.