Seguramente te haz preguntado por qué en las bodas la novia debe o suele llevar un ramo de flores. La tradición se remonta a la antiguedad. En Egipto, la Roma antigua, Grecia y en las regiones nórdicas, las mujeres llevaban ramas de tomillo, laurel y ajo para protegerse. La creencia era que mediante esto los malos espíritus no osarían interferir en la felicidad de los esposos. Una vez pasada la ceremonia, el ramo era comido por los novios con el fin de obtener ciertos poderes afrodisiacos.
Además nuestros antepasados utilizaban su lenguaje para transmitir mensajes ocultos a sus parejas.
La costumbre del ramo de novia se fue manteniendo hasta nuestros días, y llegó a Europa transformado en forma de ramo de flores. La flor que se utilizaba por esa época era el azahar, flor que simboliza la pureza.
En diferentes culturas y civilizaciones a lo largo de la historia, el uso del ramo de novia fue concebido con fines religiosos cuando la novia, al terminar la ceremonia religiosa lo ofrecía a sus dioses con el fin de ser protegida durante su matrimonio y tener descendencia sana y abundante.
Actualmente, el ramo de novia es algo más que un elemento supersticioso. Hoy en día es el complemento más importante de toda novia; el que le da personalidad y distinción.