Vivió Tailandia días de gran tristeza con los actos en honor al fallecimiento del rey Bhumibol y con ello se abrió una nueva etapa política en el lejano reino asiático.
Fueron cientos de miles de personas las que participaron en el costoso funeral el pasado 26 de octubre.
Un año después de su muerte a los 88 años, el monarca fué despedido con un ritual budista en el suntuoso crematorio construido en los aledaños del Gran Palacio de Bangkok.
Unas 250.000 personas siguieron las fastuosas pompas fúnebres que pusieron final a un año de luto que vivieron los tailandeses, entregados en masa a homenajear al único rey que posiblemente conocieron.
El hijo y heredero de Bhumibol, Maha Vajiralongkorn, (quien pasará a reinar como Rama X), fué el encargado de cumplir con el protocolo de prender la pira crematoria de su padre, quien según la tradición ascendió al cielo sobre el ave Garuda.
La reina Sofía, de España, la reina Máxima de Holanda, la reina Matilde de Bélgica, el príncipe Andrés de Inglaterra y el soberano japonés Akishino, se hicieron presentes en el momento también de dar el adiós a Bhumibol.
Hombre mediador, de talante conciliador, fué muy querido y respetado en su nación.