Hechos y derechos, los padres venezolanos han recibido con especial beneplácito la suma de congratulaciones que incluye buenos augurios, en medio del regocijo familiar.
Hay que entender que estos festejos que marcan en el calendario fechas tan significativas, obedecen a la influencia del amor. Y en nombre de ello, los Reyes de la casa ceden su trono, al autor de sus días.
Y es que todos los adjetivos se han acabado cuando hay que rendir homenaje al Padre. Aún la fiesta continúa. Todos marcaron su territorio y reservaron para el resto del tiempo la eterna dicha y el bienestar.
Un almuerzo con minuta de rigor y profusión de alegría convirtieron ese grato paréntesis en el más próximo de todos los instantes del futuro.
Por: Ramón Darío Castillo
