Desde la Edad media la humanidad no tenía oportunidad de apreciar un evento como este, 800 años sin ver la llamada «Estrella de Belén» que se vio por última vez el 4 de marzo de 1226 cuando gracias a la alineación de Júpiter y Saturno.
El día ideal para observar este maravilloso evento astronómico, o más bien la noche, es del 21 de diciembre, coincidiendo con el Solsticio de Invierno, además con la entrada del Espíritu de la Navidad, que nos habla de la cercanía de un día tan especial como el 25 de diciembre ¡Navidad!
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Además es la entrada de la «Era de Acuario», sin duda un día muy mágico.
«La Era de Acuario es una de las doce eras astrológicas o zodiacales definidas por el concepto de «gran año» o «ciclo equinoccial», determinado a su vez por el fenómeno astronómico de la precesión de los equinoccios y conocido también como «año platónico»«.
La alineación de Júpiter y Saturno, que de por sí, son son los planetas más grandes del Sistema solar, hará que desde perspectiva de la Tierra, parecerán una única estrella.
Saturno
Es el segundo planeta más grande del Sistema Solar y el único con anillos visibles desde la Tierra.
El nombre de Saturno proviene del dios romano de la agricultura, Saturno, padre de Júpiter. Su equivalente griego era Cronos, padre de Zeus. Por su parte, Júpiter recibe su nombre del dios romano Júpiter, quien es Zeus en la mitología griega.
Jupiter
Es el planeta más grande del sistema solar. Con un radio medio de prácticamente 70000 km, el volumen de Júpiter ocupa el mismo espacio que 1321 veces el planeta Tierra.
La Estrella de Belén, aquella que guió a los 3 Reyes Magos a conocer al recién nacido Niño Jesús. ¿sería esta la explicación científica del astro extremadamente brillante que les indicó el camino hasta el portal de Belén?