La luz de Sorolla, su estilo incomparable

La luz de Sorolla, su estilo incomparable

 

El estilo de la pintura de Joaquín Sorolla ha sido dividido por sus biógrafos en cuatro etapas:
Formación, consolidación, culminación y una etapa final en la que se dedicará a la decoración de la biblioteca de la Hispanic Society de Nueva York. Sorolla que mostró desde pequeño gran interés por la pintura, comenzó su formación con clases nocturnas de dibujo, y pasó después a la Academia de Bellas Artes de San Carlos.

En 1883 ganó la beca de estudios en Roma con el cuadro El grito del palleter, y así completará su formación en Italia. Entre 1889 -1900 será el periodo en el que se desarrolle la segunda etapa o «Etapa de consolidación» donde Sorolla crea un estilo personal que le conducirá al triunfo.

Trata blancasTrata de blancas, 189 Madrid. Museo Sorolla, Madrid.

Esta etapa comenzará con una pintura de tipo social, la temática de moda en el momento, donde la influencia de Velázquez (al que había conocido visitando el Museo del Prado). Destacan cuadros como Otra Margarita, Trata de Blancas o Triste Herencia obra con la que Sorolla ganará el Gran Prix de París, máximo galardón internacional del momento, en el año 1900.

A partir de 1894, además, comienza una transformación en esta pintura costumbrista con la introducción del tema marinero, las gentes del mar, y finalmente, la temática de la playa con obras como: La vuelta de la pesca o El baño.

El premio que consigue en París supone un respaldo a su carrera y es entonces cuando Sorolla, seguro de su arte, se centra en una pintura más personal, la de su «etapa de culminación» que durará hasta el año 1911.

En ella, por un lado introduce los movimientos de vanguardia que conoce en Europa:
el fauvismo, el expresionismo… y por otro llega la culminación del luminismo en su pintura, del interés por la luz que lo inunda todo.

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