El Loira es la espina dorsal de la historia de Francia. más de cincuenta castillos que se erigen a la orilla de la suave curva que el río traza entre Angers y Orleans, dan fe de ello. Bosques, viñedos y colinas componen un entorno acogedor que fue elegido por nobles y monarcas como segunda residencia. Porque, contra lo que sucede en otras regiones francesas, los castillos del Loira no tenían finalidad bélica o defensiva, sino que eran suntuosas mansiones para uso y disfrute de sus moradores.
Saumur es un buen punto de partida para iniciarse en las excelencias arquitectónicas, gastronómicas y naturales de la zona. Ubicado a las afueras de la ciudad homónima, su airosa silueta, posiblemente la más medieval de los castillos del Loira, se divisa en varios kilómetros a la redonda. Remontando el curso del río en dirección a Orleans, fué la residencia de los duques de Anjou,construisa en el siglo XIV sobre los restos de una fortaleza anterior. Hoy bajo sus torres octogonales y sus almenas decoradas con flores de lis alberga una valiosa colección de artes decorativas francesas.
Desde Saumur vale la pena desviarse unos quince kilómetros para llegar a la abadía de Fontevrault, mausoleo de la dinastía Plantagenet y, por tanto, de la célebre Leonor de Aquitania, madre de Ricardo Corazón de León. Sus sepulcros totalmente policromados, autenticos prodigios de la estatuaria del siglo xii, pero además el recorrido permite disfrutar del parque regional Loire-Anjou-Touraine, uno de los espacios más privilegiados de Francia ya que aúna patrimonio natural y arquitectónico.