Gracias, Señor, porque no nos falta un trozo de pan para llervarnos a la boca cada dia. Tengo que agradecerte Padre, el que me permitas sentir a plenitud la vida.
Gracias Señor, por todos mis momentos, por los buenos y también por los malos, te agradezco por que puedo sentir el aleteo de las mariposas, la brisa del mar y el susurro del viento.
Gracias, Señor, por todos mis amigas y amigos, por el refugio que encuentro en la dulzura y lo divertido de su amistad, por que puedo aprender de ellos y también intercambiar enseñanzas y lecciones fundamentales de vida.
Gracias por todas las piedritas que encontré en mi camino y de las que aprendí a ser mejor persona, gracias por las luces que siempre encontré para caminar desenvuelta, caminos de luz y de armonía.
Gracias, Señor, por el ayer que me dejo recuerdos preciosos. Por el hoy que vivo y por el mañana que se me va a esperar lleno de misterios, pero con mucha paz.
Gracias por mi hija preciosa, que me regala a diario, ilusiones y felicidad, gracias por que no me faltan motivos de risa, por encontrar siempre un buen pañuelo para secar lágrimas cuando he tenido que llorar. Gracias por mi querida familia, la que me diste y yo escogi, la que siento y me siente y sé que siempre estan conmigo aunque geograficamente estemos lejísimo.
Gracias por todo, en todo momento y en cada detalle que he vivido, vivo y viviré…
Gracias Padre.
Norah Frías-Muñoz