Fué uno de los más famosos sitios de la noche caraqueña allá por los años 50 y tantos, tuvo como atracción especial a la vaca «Lulú».
Era parte de lo especial el que la vaquita paseaba por el centro de lo que era una pista de baile; limpia y lustrosa, bañadita y la campana que llevaba al cuello era de bronce, se paseaba ladeando la cabeza, su presencia era divertida y parte de lo grato de la noche de comida y baile,
Quedaba situado en la carretera vieja de Baruta, así que había que ir bien abrigado pues el lugar siempre ha sido muy frío.
Era un local lindo, de calidad y los caraqueños pasaron horas maravillosas en él.
Su dueño era Henri Charrière «Papillon» (Mariposa) escapado de la Isla del Diablo, el presidio francés de Guayana , quie fué dueño de varios sitios de esparcimiento en a Caracas de aquel tiempo. él era también el dueño de El Gran Café y Le garage, sitios también memorables en la memoria de la capital venezolana.
Realmente un ligar chic, espectacular, que llena de nostalgia a los que tuvieron oportunidad de conocerlo y disfrutarlo.
Foto cortesía de Erik Rottbøll Skytte