Sin duda, los tiempos cambian, lo esencial permanece y las dos caras de una misma moneda nos muestran los prejuicios que rodea a muchos que están marcados con el sello de la clase y la distinción. Pero ,gracias al cielo, no por ello pierden el norte esos mismos personajes que mantienen iluminada a la ciudad “chic”.
Ya se puede contar. Los que presumen de buen estar, tienen ahora el complejo de tener que compartir con otra fantástica gente , que asume el rol de importante, pero que a la postre parece salida de una película de terror. Muchos de ellos, no tienen escrúpulos y navegan en un mar de pasiones que no mantiene el equilibrio perfecto.
Seducidos por los tiempos del misterio, podemos decir, sin que nos quede nada por dentro que, Caracas sucumbe a la incógnita que está por despejar. Es algo así como el dicho de que nunca es tarde cuando la dicha llega. Y sus personajes hacen otro tanto, y ven con buenos ojos que la vida continúa…
Por: Ramón Darío Castillo