Los personajes de esa Caracas que nunca duerme mantienen iluminada a la ciudad chic y se resisten a darle un golpe certero a la vida mundana
Las vacaciones están a la vuelta de la esquina. A partir de que se inicie la temporada para el “dolce fareniente”, se abre un abanico de oportunidades para alzar el vuelo y refugiarse en los lugares mood y dar rienda suelta a la imaginación.
Y los venezolanos presumen de lugares increíbles. Olviídate de playas tropicales, selvas y desiertos: no hay lugar para la paz bucólica como la Gran Sabana, y si no que se lo pregunten a Elisa Arraíz Lucca, conocedora a ciencia cierta y amante de la Venezuela que muestra su exuberante verde y su alegría trepidante.
Ya dejaremos el tránsito en la capital, y no sólo porque pasas horas en el auto, sino porque todo el mundo trata de venderte algo mientras estás en la cola. Es entonces cuando muy a la venezolana un grupo grande se va a la Isla de Margarita, o a Los Roques.
Mérida, y San Cristóbal, dan oportunidad para unas vacaciones relajadas y sus secretos mejor guardados son sus paradores turísticos, su gastronomía y su adorable gente. He aquí la conclusión a la que llegan todos los que , mirando el panorama, se decantan por un turismo “muy a la venezolana” ¡ Y cómo!
Por: Ramón Darío Castillo
radarcas@hotmail.com