Fué un personaje fascinante, lleno de muchas contradicciones, el caso es que es el presidente norteamericano del siglo pasado, que nadie puede olvidar.
Su muerte prematura, en mucho ha contrubuido a crear ese halo de encanto que en él es una constante.
Guapo, de sonrisa encantadora, héroe de guerra, político y miembro de una familia donde la tragedia ha hecho su reino, este hombre mujeriego y desordenado en su vida sentimental, llega hoy a la edad de 100 años, siendo la fecha recordada en el mundo entero.
John desde joven ocupó rápidamente un lugar descollante en la escena política estadounidense. Su acción legislativa, sin embargo, fue discreta.
Uno de sus libros, , Perfiles de coraje fué un éxito de crítica y público. En 1957 obtuvo por esta obra el Premio Pulitzer.
Siempre muy pulcro, levemente despeinado, enamoró con su joven imagen por el mundo, teuendo una hermosa familia, la glamorosa Jackie embarazada y su hija de tres años, Caroline. Con su lema «Kennedy está en el cambio», arrasó en las elecciones primarias y, aunque por escasísimo margen, el 8 de noviembre logró la victoria sobre Nixon.
Todos quedaron deslumbrados por aquel joven cargado de ilusiones y de ideas de regeneración y reforma, el primer presidente catóplico de los Estados Unidos de Norte Ámerica.
En 1963, Kennedy comenzó a preparar el terreno para las siguientes elecciones e inició una gira por diversas ciudades del país. El 22 de noviembre de 1963 John Kennedy y su esposa, seguidos del vicepresidente Lyndon Johnson, entraron en Dallas.
Cuando recorría sus calles en un automóvil descubierto, unos disparos sonaron por encima de los gritos de alegría acabando la vida del carismático presidente, quien poco después falleció en el hospital, ante la consternación del mundo entero.